En una parcela ligeramente elevada de unos 32.000 metros cuadrados cerca de Petra, rodeada de pinos, algarrobos y olivos, esta impresionante propiedad ofrece privacidad absoluta y magníficas vistas al Puig de Bonany. El pintoresco pueblo de Petra, con sus cafés, restaurantes y mercados, se encuentra a pocos minutos. La finca combina el encanto tradicional con la arquitectura contemporánea en una ubicación única y céntrica.