Esta encantadora finca de piedra natural combina a la perfección la tranquilidad del campo con la cercanía al pueblo. A solo unos minutos a pie del centro de Santanyí, la propiedad ofrece total privacidad en una parcela de aprox. 26.600 metros cuadrados. Construida en 1963 y renovada por completo en el año 2000, conserva todo su carácter mallorquín.